DEMOCRACIA CRIOLLA
Jueves, 18 de Marzo de 2010

Por: CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI
LUEGO de que 30 millones de colombianos estuvieron convocados para elegir entre más de 2.500 candidatos a 102 senadores y 166 representantes a la Cámara, además de votar para las consultas Verde y Conservadora y escoger los delegados al Parlamento Andino, los resultados dejan mucho que desear.
El orden público estuvo controlado, salvo casos aislados; sin embargo, los problemas de la Registraduría por todos conocidos para producir los resultados, la compra de votos en algunos lugares, las denuncias sobre fraude, la abstención y cerca de 2 millones de votos nulos, empañaron la jornada.
Ya los compañeros columnistas han manifestado que faltó pedagogía, que la gente no sabía cómo votar y que los jurados tampoco estaban capacitados; pero igualmente es bueno mencionar que la Reforma Política no ha servido para mejorar el sistema electoral colombiano. Unos dicen que el voto preferente debe acabarse, al igual que la circunscripción nacional para Senado. Hacer más flexible el horario, es el pedido de otros, mientras hay quienes insisten en el voto obligatorio y el método electrónico.
En cuanto a la consulta conservadora, cuando las dudas aún persisten, no está por demás anotar que la votación ajena a las huestes azules desfiguró y resquebrajó la verdadera voluntad de la colectividad. Por eso no son recomendables las consultas “abiertas”, es preferible realizarlas con carné y sólo entre sus militantes.
Quedó demostrado que es más fácil conseguir votos estando en la burocracia, por eso los liberales redujeron su votación, pero les queda la satisfacción de haber mantenido su propia posición ideológica. El Polo está estancado según sus dirigentes. Entonces, lo que sigue para estos dos partidos depende de sus acuerdos para las presidenciales.
Se habla de un Parlamento renovado y sin lugar a dudas hay un nuevo mapa político con mayorías conservadoras y de la U; no obstante, esto último, con un escaso diez por ciento del potencial electoral, está lejos de llamarse el Partido de la Unidad Nacional. De otro lado, en una alta proporción del Congreso siguen mandando los mismos políticos a través de sus herederos y familiares; persiste el fantasma de los dineros mal habidos y los nexos parapolíticos, como también hay muchos practicantes del transfuguismo.
La escogencia del delegado al Parlamento Andino fue un fiasco.
A pesar de todo, debemos acatar los resultados; son las reglas de nuestra “democracia criolla”.