domingo, 23 de agosto de 2009

LUIS CARLOS GALÁN
La Pasión Liberal de un Rebelde.



Rodrigo Llano Isaza, Pereira, agosto 21 de 2009. Universidad Libre, Auditorio César Gaviria Trujillo.

Es para mi un honor poder venir a Pereira para hablar sobre la vida y el legado de Luis Carlos Galán Sarmiento, en los veinte años de su repudiable y lamentable asesinato. En la negra noche de la política de los años ochentas, Galán representó el papel de luciérnaga, que alumbró por momentos, pero que no pudo, porque truncaron su vida, clarificar el panorama político, social y económico. Cómo nos hubiera sido de útil en la década actual para ayudarnos a despejar a Colombia del terrible flagelo de la parapolítica, la guerrilla y la violencia generalizada, alimentadas por ese monstruo que tanto combatió y que tanto daño le ha hecho a la sociedad nuestra, el narcotráfico. Hoy, y para siempre, las ideas galanistas son un patrimonio irrenunciable del Partido Liberal Colombiano, muchas de las cuales hacen parte de la plataforma ideológica de nuestra colectividad.

El Hombre:
Luis Carlos Galán nació en Bucaramanga el 29 de septiembre de 1943 y murió a los 45 años de edad, asesinado en la plaza pública del municipio de Soacha-Cundinamarca, el 18 de agosto de 1989, en un complot del que todavía ignoramos quienes fueron los reales instigadores. Corta vida para dejar tan honda huella. Era hijo de Mario Galán Gómez y Cecilia Sarmiento Suárez, matrimonio que, como es frecuente entre los santandereanos, tuvo doce hijos, que debieron abandonar la ciudad natal a raíz de la violencia desatada con ocasión de otro de los grandes crímenes del siglo XX, el asesinato del caudillo del pueblo Jorge Eliécer Gaitán Ayala. La familia se trasladó a Bogotá, donde Luis Carlos entró a estudiar al colegio Americano primero y al Antonio Nariño después, colegio éste donde había estudiado, curiosamente, quien habría de disputarle la candidatura Liberal para el período 1990-1994, el senador Hernando Durán Dussán; en las jornadas de mayo del 57 contra la dictadura de Rojas Pinilla, con apenas 14 años de edad, participa como precoz rebelde en las protestas y se gana un carcelazo y hasta una pedrada que le dejará de por vida una cicatriz en la nariz; graduado de bachillerato en 1960, entró a estudiar Derecho y Economía en la Universidad Javeriana, donde se graduó en 1970, a las carreras, para poder posesionarse como Ministro de Educación; en 1971 contrajo matrimonio con la ya consagrada periodista Gloria Pachón, hogar en el cual nacieron Juan Manuel, actual Senador del Partido Liberal, Claudio que maneja las relaciones internacionales de la Gobernación de Cundinamarca y el Concejal de Bogotá por Cambio Radical Carlos Fernando.

El Periodista:
Los primeros “pinitos” periodísticos los hizo Luis Carlos Galán siendo estudiante de la Universidad Javeriana al fundar la revista “Vértice”, en 1963, donde el joven periodista se vinculó ideológicamente al expresidente Lleras Restrepo, cuando éste le envió, para su publicación en la revista, la “Carta a la Juventud Liberal”, en momentos en los cuales el autor aspiraba, como candidato del Frente Nacional, a la Presidencia de la República para el período 1966-1970 y estaba en el plan de acercar a su proyecto político a jóvenes prometedores en la vida pública nacional como él avizoraba que era Galán.
En 1965 el propietario del diario El Tiempo, Expresidente Eduardo Santos, invitó a Galán a unirse al periódico y allí, en equipo con Daniel Samper y Enrique Santos, hizo carrera como asistente de dirección, columnista, editorialista y miembro de su Junta Directiva.
Luego se puso al frente de la revista “La Nueva Economía” publicación emblemática de la Sociedad Económica de Amigos del País en los tiempos en que fue orientada por el eximio Expresidente Carlos Lleras Restrepo. El número 1 del tomo VI, correspondiente a julio de 1970, tenía como Director a Luis Carlos Galán y dos números adelante, la carátula era de la periodista, después su esposa, Gloria Pachón. Para quienes hemos tenido parte de nuestra vida íntimamente vinculada con la SEAP, La Nueva Economía era el pozo de sabiduría donde abrevábamos todos los que luchábamos por una patria mejor y más justa y allí, en primera fila, estaba Luis Carlos Galán Sarmiento, quien también se desempeñó como Secretario Ejecutivo de la entidad y parte de mis orgullos es el de haber sido uno de sus sucesores en el cargo.
Años después, al regreso de su paréntesis como diplomático, el expresidente Lleras volvió a acudir a Galán para que le dirigiera su revista Nueva Frontera, labor que desempeñó por siete años, comenzando con el número 63 a finales de 1975 y terminando con el número 392 en 1982; le cambió el formato a la revista y promovió la publicación de documentos, destacándose como un excelente editorialista y analista del acontecer nacional.

El Legislador:
La carrera pública de Luis Carlos Galán comenzó cuando Carlos Lleras Restrepo, en 1969, lo envió como Secretario de la delegación de Colombia a la segunda conferencia mundial de Comercio y Desarrollo “UNCTAD” en Nueva Delhi; en 1970 Misael Pastrana Borrero, después de una célebre entrevista que le hace Galán para El Tiempo, lo nombra Ministro de Educación en su primer gabinete, donde le toca afrontar las continuas protestas estudiantiles; sale del gabinete y viaja a Italia como Embajador ante El Quirinal y ante la FAO; regresa al país y acepta la propuesta del expresidente Lleras de ponerse al frente de su revista y ya como Codirector de Nueva Frontera se lanza a la actividad política saliendo elegido en 1976 como Concejal de Oiba-Santander; se dedicó a acompañar al expresidente Lleras Restrepo en su campaña por la reelección y en 1978 alcanzó una curul como Senador por Santander; en 1980 fue electo Concejal de Bogotá y en 1981 se lanzó su candidatura a la Presidencia de Colombia enfrentado a la candidatura oficial Liberal de Alfonso López Michelsen y a la conservadora de Belisario Betancur, con lo cual fraccionó al Partido Liberal y facilitó la victoria del “Si se puede” que proclamaba el político de Amagá; en este momento, cuando se celebraban los 25 años de fundada la SEAP, el expresidente Lleras pronunció un discurso en el Tequendama que terminaba: Doy por anticipado mi voto por Luis Carlos Galán en las elecciones presidenciales de 1982; en este mismo año, el 14 de marzo, se presentó la elección de parlamento y el Nuevo Liberalismo eligió 9 Senadores y 18 Representantes a la Cámara, su máxima cifra alcanzada en las urnas, con el 11.9% de la votación total nacional; Galán salió como Senador por Cundinamarca y Diputado a las Asambleas de 21 de los entonces 23 departamentos que tenía Colombia; nuevamente en las elecciones de 1986, Luis Carlos Galán será electo como Senador por Cundinamarca.
El debate sobre “El Cerrejón” fue el más brillante y el que mayor fama le dio en su paso por el Congreso de la República, realizado en noviembre de 1980; no contento con los logros alcanzados en él, salió por todo el país a explicarlo a la opinión pública en las 83 conferencias que dictó entre octubre de 1980 y noviembre de 1981, analizando el contrato firmado en 1976 entre Carbocol e Intercor para la explotación de los carbones de la mina El Cerrejón en el departamento de La Guajira, que desde hacía cien años había descubierto el inolvidable y sentido poeta Liberal Jorge Isaacs; Galán habló durante catorce horas en el Senado sobre éste contrato y las implicaciones que tendría para el desarrollo colombiano; fueron tan contundentes sus argumentos que la misma Administración Turbay Ayala se vio en la obligación de hacerle profundas revisiones a los contratos ya firmados.

El Disidente Liberal:
Galán fue un disidente y un rebelde desde sus primeros tiempos en la política del Partido y del país; fue así, como, al regresar a Colombia de su periplo europeo, se vinculó a la Unión Liberal Popular que dirigían Roberto Arenas Bonilla, Jaime Pinzón López, Jaime Vidal Perdomo y mi inolvidable amigo Oscar Alviar. Pero Galán no estaba para aceptar jefaturas de nadie y pronto dio un paso al costado, retirándose de este matiz del Partido Liberal Colombiano y pensando, seguramente, en tener su propio movimiento, al que le pudiera imprimir las estrictas normas de su carácter.
Fundación del Nuevo Liberalismo: como rechazo a las maquinaciones del oficialismo Liberal en Sincelejo y Medellín, Luis Carlos Galán funda el Nuevo Liberalismo el 30 de noviembre de 1979 en la población de Ríonegro-Antioquia, famosa por haber originado allí la célebre constitución de 1863; sobre éste hecho, Carlos Lleras en un editorial de Nueva Frontera , expresó:
Una apreciación clara de la realidad política nacional y una vinculación familiar y personal, vieja y honda con el Partido Liberal Colombiano, le hicieron desechar desde el principio un camino que otros conductores ensayaron en su tiempo y tuvieron que abandonar: Gaitán y Carlos Arango Vélez, por ejemplo. Galán nació en un hogar Liberal, se educó en las ideas Liberales, desde muy joven ha luchado por ellas con la pluma y con la palabra. Ama a su Partido. Por todo eso, en lugar de abandonarlo, ha querido fortalecerlo y purificarlo…Galán mantiene viva su fe en la posibilidad de mejorar los instrumentos democráticos para que con ellos pueda el Partido Liberal Colombiano, que a lo largo de su historia quiso ser y casi siempre ha sido el personero fiel de las clases populares y de la porción progresista de la burguesía, sanear el funcionamiento de las ramas del poder que se ha ido descuadernando y corrompiendo.

Dos costosos errores políticos:
El Foro Liberal de Sochagota: Para las elecciones de 1982 el sector independiente que orientaba el prestigioso ideólogo Liberal Hernando Agudelo Villa, aceptó el ofrecimiento de Luis Carlos Galán de hacer una alianza con el Nuevo Liberalismo, en la cual Galán encabezaba Senado y Agudelo Cámara, fórmula mayoritariamente votada por los ciudadanos en Bogotá; siempre se partió de la base de que esas fuerzas independientes lo seguirían siendo pero aportaban sus votos y, sobre todo, su prestigio en la justa electoral; a comienzos del año 83, Agudelo, “padre” de los Encuentros Liberales de La Ceja, decidió convocar a todas las fuerzas Liberales para que en un gran reunión se debatieran las tesis que unían y las que separaban a las diferentes vertientes Liberales con el único propósito de recuperar el poder perdido el año anterior con Belisario Betancur; Galán fue invitado especialmente por Agudelo Villa para que hiciera parte del comité organizador, personalmente o con un delegado, de lo que desde un principio se denominó el “Encuentro Liberal de Sochagota”; el Nuevo Liberalismo se opuso y hasta pretendió ordenar que el Encuentro no se realizara; Sochagota siguió adelante y celebró sus reuniones de Paipa-Boyacá los días 16, 17 y 18 de septiembre de 1983, con la única ausencia de Galán y su grupo; en Sochagota se tendieron puentes y se forjaron acuerdos que llevarían más tarde a la candidatura de Barco; allí Galán hubiera podido tener un protagonismo de primera línea, acercarse a la colectividad Liberal, discutir sus tesis y programas y posibilitar la unión del Liberalismo, pero no quiso hacerlo.
El grupo “Sagasa”: Otro error, que le salió costoso políticamente a Galán fue la búsqueda de la Alcaldía de Bogotá para su grupo; organizó con Ernesto Samper y el Alcalde Julio César Sánchez, lo que pronto se conoció como el “Grupo Sagasa” (Samper, Galán y Sánchez); inicialmente propusieron como su candidato al académico Eduardo Aldana Valdés, retirado muy poco tiempo después; acogieron entonces a Carlos Ossa Escobar, lo que les ocasionó que el expresidente Lleras Restrepo, en compañía de Hernando Durán Dussán, lanzaran la candidatura de Juan Martín Caicedo Ferrer; llegadas las elecciones ganó Pastrana Arango, Caicedo fue el segundo y el candidato de SAGASA el tercero, lo que les valió a sus integrantes un dura derrota electoral y una separación política con quien había sido su mentor e inspirador político.
Víctima de las encuestas: Comenzado el año de 1985, las encuestas decían que la intención de voto para las siguientes elecciones presidenciales las encabezaba el dirigente conservador Alvaro Gómez Hurtado con el 45% de favorabilidad, seguido de cerca por Galán con el 37% y Barco sólo aparecía con el 1.5%; la campaña tomó entonces la decisión de utilizar la herramienta de las encuestas y contrató la hechura de unos sondeos de opinión que se publicaban cada mes y que iban inflando, artificialmente, a Barco y desinflando a sus contendores; en seis meses estuvo hecho el trabajo y don Virgilio quedó tan posicionado ante los ojos de la opinión pública que el Expresidente López Michelsen exclamó: ¿Si no es Barco Quien?, por lo que la candidatura de Galán quedó enfrentada al grave dilema de ser presentada o no a los electores; en las elecciones parlamentarias del año 86, Galán se fijó una meta de un millón de votos para lanzarse a la candidatura presidencial en contra de Virgilio Barco, pero sus resultados electorales fueron muy pobres, tanto que la revista Semana, en un subtítulo, escribió: Catástrofe galanista y decepción conservadora dejan a Barco a las puertas de la Presidencia; la suerte quedó echada y Barco pudo llegar a las presidenciales sin más contendor visible que el hijo de Laureano. Las encuestas amañadas habían logrado su siniestro fin.
Regreso al Liberalismo:
La arrolladora victoria de Virgilio Barco en las elecciones presidenciales de 1986, le hicieron comprender a Galán que no tendría futuro por fuera de la estructura del Liberalismo y que lo que debía hacer era entrar al partido y cambiarlo desde adentro, no desde afuera como lo había intentado y fracasado o como en el pasado habían tenido que regresar los guerreristas de la guerra de los mil días, el Bloquismo de Uribe Uribe, la UNIR de Gaitán, el mismo Jorge Eliécer Gaitán en 1946, López y su MRL, Lleras Restrepo y su Democratización, para mencionar sólo algunos casos; la Dirección Nacional Liberal compuesta por Eduardo Mestre, Miguel Pinedo, Ernesto Samper, Hernando Durán y Alberto Santofimio comenzó contactos con Galán y llegaron a unos primeros acuerdos para respaldar el programa legislativo del gobierno apoyado por los 52 Senadores oficialistas y los 9 del Nuevo Liberalismo, que hacían mayoría en una Corporación de 114 miembros y en la Cámara de Representantes los oficialistas eran 94, que con los 18 del Nuevo Liberalismo, también hacían mayoría cuando allí ocupaban su curul 198 padres de la patria; no fueron fáciles estos acuerdos, la DLN estaba dividida, por los acuerdos estaban Mestre y Pinedo y contra ellos los otros tres, lo que obligó a la intervención directa del Presidente Barco, que le expresó claramente a la Dirección Liberal que la administración que él presidía tenía claro y definitivo interés en que se buscara la reunificación del Liberalismo, para lo cual nombró a Gabriel Rosas Vega en la cartera de agricultura; éste fue el primer paso de la unión, hasta cuando el Liberalismo citó a su Convención Nacional en la ciudad de Cartagena e invitó a Galán como orador; el senador Juan Manuel Galán considera que en este escenario, Luis Carlos Galán dictó su testamento político: habló allí del por qué se había dividido el Liberalismo y expresó que para la unión “Nos necesitamos recíprocamente o no podremos responderle a la patria en una de sus horas de mayor angustia y más graves dificultades; y fijó cuatro temas y una condición para la unión. Los temas fueron: la reforma constitucional, la agenda legislativa, el desarrollo de un plan de paz y las reformas sociales y económicas. La condición fue la consulta popular, como elemento fundamental en el sistema interno de decisiones del Liberalismo colombiano; La Convención escogió como jefe único al Expresidente Turbay Ayala y éste aceptó las condiciones de Galán para reintegrarse al Partido Liberal, lo que hizo finalmente en una Convención del Nuevo Liberalismo celebrada en el hotel Tequendama de Bogotá en noviembre de 1988, cuando disolvió su movimiento en medio del llanto emotivo de sus seguidores y cuando expresó : “No reconozco enemigos al interior del Liberalismo”.

Contradictor y Víctima del Narcotráfico:
Luis Carlos Galán fue un acérrimo contradictor del narcotráfico y de los narcotraficantes y luchó sin cuartel contra la penetración de las mafias en la política. Por eso, al hundirse la candidatura de Alberto Santofimio Botero en 1981, algunos de sus partidarios se adhirieron al Nuevo Liberalismo; uno de ellos fue el Movimiento de Renovación Liberal que encabezaba Jairo Ortega Ramírez y que llevaba en la primera suplencia al conocido narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, por lo que el coordinador del Nuevo Liberalismo en Antioquia, el hoy precandidato Liberal a la Presidencia, Dr. Iván Marulanda Gómez, le exigió, el mismo día de la inscripción de listas, en carta de febrero 2 de 1982, el retiro fulminante de ese primer suplente so pena de serle retirado el respaldo del movimiento galanista, exigencia que Ortega no aceptó por lo que la Dirección Nacional del Nuevo Liberalismo, dos días después, lo expulsó y rechazó el apoyo de sus votos con el remate del propio Galán en su discurso del Parque de Berrío en la ciudad de Medellín , cuando señaló:
Tal grupo no respetó nuestros compromisos con el pueblo colombiano, compromisos dirigidos a defenderle al pueblo instrumentos de renovación política, de restauración moral que no podemos transigir en ningún sentido y por ninguna razón. No somos aventureros de la política, a quienes lo único que les importa es sumar votos sin preguntar si hay coherencia en las posiciones políticas de quienes nos lo ofrecen. Preferimos perder esos votos, pero no perder nuestra autoridad moral para defender la restauración democrática de este país.
Y esta lucha lo llevó a la muerte. Los narcotraficantes prepararon tres atentados contra la vida del dirigente Liberal, el primero en Medellín con una bazuca, el segundo en Soacha a bala, que le causó la muerte y el tercero, por si fallaban los dos anteriores, con un carro lleno de explosivos en la población cundinamarquesa de Villeta.
El 5 de agosto de 1989, después del atentado en Medellín, Galán viajó a Caracas, donde fue recibido con honores de Jefe de Estado por el presidente Carlos Andrés Pérez y, al salir del palacio de Miraflores, entrevistado por un periodista, hizo la declaración que dejaba entrever que ya contemplaba la posibilidad de ser asesinado: A los hombres se les puede asesinar, pero a las ideas no.
Mucho se ha especulado sobre los avisos que tenían las autoridades acerca de los atentados que se le preparaban y en los expedientes de la Fiscalía aparecen declaraciones preocupantes al respecto; los hechos que llevaron a su muerte permanecen rodeados de un halo de misterio.
Pero quiero aquí narrar una anécdota personal, bastante diciente. Después de los asesinatos de varios candidatos presidenciales a las elecciones de 1990 y con motivo de algún acto en la Sociedad Económica de Amigos del País, llegó el Expresidente Lleras y nos tomamos un tinto los dos; pude verle un semblante de preocupación y al preguntarle si se sentía bien, me contestó algo que me dejó atónito y que por primera vez narro en público: Como le parece, me dijo el ilustre estadista, que uno de los escoltas que tenía Galán a la hora de su asesinato, fue el mismo que entró de primero a Eldorado, como miembro de su escolta, cuando llegaba al aeropuerto Bernardo Jaramillo Ossa a su cita con la muerte; pero las coincidencias no paran allí; ese mismo personaje, agente del DAS, fue el que estaba en el avión de Avianca y dio muerte al asesino de Carlos Pizarro, ¿no son demasiadas coincidencias?, eso me tiene preocupado, y podría tener gravísimas consecuencias institucionales, recalcó Lleras. Nunca más volvimos a tratar el tema pero no ha dejado de inquietarme.

El legado de Galán:
En los escasos trece años que duró la actividad pública de Luis Carlos Galán Sarmiento fueron cientos los discursos que pronunció en plaza pública, en recintos cerrados o en sesiones de estudio. Sin embargo, los documentos oficiales del Nuevo Liberalismo fueron 39 y uno póstumo, el número 40, que comenzó a trabajar en Caracas y en donde Galán señalaba cual sería el derrotero político de Colombia en los próximos cincuenta años enmarcado en un proyecto político.
Analizada la constitución del 91, podemos ver en ella muchos de los planteamientos que hizo a lo largo de su vida y en sus recorridos por el país: La consulta popular, la circunscripción nacional de Senado, la lucha contra la corrupción, la descentralización, la defensa de las fronteras etc. Casi que pudiéramos afirmar que esa constitución fue el gran homenaje que el país le rindió, en forma póstuma a Luis Carlos Galán.
Hoy, veinte años después de su muerte, podemos apreciar que Galán tenía razón, cuando expresó : Quiero que el país me recuerde como el hombre que ayudó a cambiar el modo de pensar de la nación. Sin duda alguna, éste fue su gran legado, hacer que la nación despertara del letargo y adormecimiento a que la tenía sometida la corrupción sin límites de la droga ilícita, del dinero fácil y mal conseguido y de la criminal utilización del presupuesto nacional por los malos funcionarios públicos y de quienes viven medrando alrededor de la política.

Muchas gracias.

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